A veces a la inmensidad me la da una montaña pero cuando estoy en la ciudad me la dan los edificios y en Barcelona hay una opción más que está en un parque y es un arco el del triunfo una construcción enorme para la que me preparo cada vez que la voy a cruzar y camino despacio mirando hacia arriba sintiéndome chiquitita me gusta esa sensación porque me pone en perspectiva y porque si yo me hago chiquitita entonces mis problemas también entonces sé que salgo de ese arco sintiéndome más liviana y también sé que no tiene sentido ni lógica pero simplemente me pasa y como soy tan racional a veces tengo que dejar que estas cosas me pasen que haya algo que no pueda explicar aunque sepa que es en vano porque mi mente se la pasa inventando miles de teorías para entender pero al final siempre se trata de no entender nada de que las cosas son como son y que no hay explicaciones aunque a veces la ciencia cree que sí pero yo creo que siempre se contradice por que un día dice una cosa y después dice otra como cuando entro al arco del triunfo pensando algo y salgo del otro lado sin problemas y con una sonrisa aunque sea por un ratito aunque sean efímeros ratitos son esos privilegiados ratitos donde nada tiene sentido y yo me siento más liviana y me digo que tengo que atravesar el arco más seguido o quizás irme a vivir a la montaña.
